La clave esta en el balance y la moderación de los alimentos.
Ten mucho cuidado con esas dietas restrictivas que limitan mucho el
consumo de alimentos. Recuerda que nuestras células requieren
diariamente su combustible y de los elementos nutritivos
que les aportamos a través de los alimentos. Por esa razón debes
aportarle a tu cuerpo todo lo que necesita para estar saludable y rendir
al máximo.
Las restricciones severas de alimento en lugar de
ayudarte dañarán tu salud, alterarán tu metabolismo haciéndolo más lento
e ineficiente; y en lugar de perder grasa, estarás perdiendo agua y
músculo. Además estas restricciones contribuirán a la caida de tu
cabello, uñas quebradizas, resequedad en tu piel, a la pérdida de tu
masa ósea haciéndote en etapas posteriores más vulnerable a la
osteoporosis, a las fracturas.
Se minará tu rendimiento físico
provocándote fatiga, falta de concentración, pérdida del sueño, además
pueden llegar a provocarte problemas de infertilidad y enfermedades del
corazón
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